La
novela Respiración Artificial
de Ricardo Piglia empieza con la publicación de otra novela, la del personaje
Emilio Renzi. Esta novela dentro de la novela, titulada La prolijidad de lo real, es la historia de un misterio familiar,
la desaparición de Marcelo Maggi, tío del autor, que aparentemente defalco a su
mujer Esperancita y se fugó con una amante conocida como la Coca, una bailarina
de cabaret. La publicación de este historial ficticio, que trata de acercarse a
“lo real,” propicia la resurgencia del anonimato del tío desaparecido con la
llegada de una carta. Y así comienza la investigación de los detalles detrás de
la novela equívoca. Lo que lleva de cartas a conversaciones, a más relatos y
más historias, cada una más interesante que la anterior, a respiraciones de
artificio, de literatura, de filosofía. La “realidad” en la que la primera
novela fracasa no es de importancia. Lo que importa es “la prolijidad” que
genera al iniciar la correspondencia con Maggi que en torno lleva al monólogo
vertiginoso del senador que intenta vaciar su memoria con la repetición hablada
de su historia (subconscientemente tratando de sanar su melancolía paralítica)
y a la conversación en el bar con los inmigrantes rusos y con el filósofo
fracasado Tardewski. Todo culminando con los documentos de Ossorio finalmente
pasados al escritor fracasado Renzi.
Quiero prestar atención a una cosa: el
hecho de que la novela es una transacción de relatos entre intelectuales
fracasados, con historias sin terminar, con descubrimientos datados en una
publicación efímera con la intención de proteger la idea que nunca es llevada a
fruición (como es el hallazgo de Tardewski sobre el encuentro entre Kafka y
Hitler que nunca es publicado en su totalidad sino relatado oralmente a Renzi,
quien en torno lo narra en citas). Esta proliferación de citas, de relatos
contados, de documentos pasados crea un flujo histórico en la novela que es
como una investigación policiaca sin fin. Será Renzi el autor que finalmente
triunfará en publicar la historia de la Argentina de inmigrantes y exiliados
que se resisten a la dictadura censurante? Aparentemente no. Renzi también
desaparece (o muere). Ya que es Piglia quien pasa los relatos para adelante, a
nosotros, el lector en el futuro deseablemente utópico (yo en el 2012) que
recibe una carta de adentro de la dictadura Argentina en 1980. Piglia es
nuestro Maggi. Renzi es el Ossorio de Piglia. Y así seguimos pasando a través
de cartas artificiales, de literatura, citas de un pasado escrito en prisión dictatorial
marcando en el calendario la fecha de un futuro libre que intentamos aniquilar
con nuestra voz de crítica literaria.
I am fascinated by your analysis that "Esta proliferación de citas, de relatos contados, de documentos pasados crea un flujo histórico en la novela que es como una investigación policiaca sin fin." The idea of a police investigation without an end sums up an important aspect of the book that draws in the genre of the detective. For me, I had the sense of a film noir mystery while reading the book.
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